La piel grasa es el tipo de piel sobre el que más falsos mitos circulan. ¿Falta de higiene? ¿Nada de cremas? ¿Cuidados o agresiones?


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Se reconoce por ser más gruesa de lo habitual y por resistir muy bien el sol y el envejecimiento, pero también por sus característicos brillos, rugosidades y poros. La piel grasa es uno de los tres tipos de piel clásicos que todos conocemos. Pero tal vez no la conozcamos tan bien como creemos.

Por eso hoy queremos desmontar cinco mitos sobre la piel grasa y sus cuidados que escuchamos a diario y que no tienen ningún fundamento (o casi), y aprovechamos para mostrarte dos buenas maneras de tratarla para que esté saludable y radiante.

Mito 1: el acné es cosa de adolescentes

Está muy asentada la creencia de que el acné, que se relaciona directamente con la piel grasa, es padecido únicamente por adolescentes; además, este mito suele ir de la mano de otras leyendas urbanas, como que el chocolate favorece la aparición del acné.

En realidad, esto no es así. Existen algunos tipos de acné que pueden aparecer en la edad adulta (el llamado “acné adulto”, sin ir más lejos). También los niños, incluso los bebés, pueden sufrir afecciones cutáneas de tipo acneico.

Mito 2: hay que limpiarla más

Uno de los mitos más persistentes es que la piel se engrasa más por falta de limpieza. Es un error, ya que la producción de sebo no depende de esto. La consecuencia de este mito nos lleva a someter las pieles grasas a limpiezas más intensas…a veces, incluso demasiado.

Una limpieza demasiado agresiva, sea con productos químicos o con métodos exfoliantes mecánicos, lleva con frecuencia a cuadros de piel grasa deshidratada a la que hemos retirado su protección natural.

Mito 3: no hay que hidratarla

Otro de los mitos sobre la piel grasa más extendidos se debe a la confusión entre hidratación y oleosidad; una cosa es el manto lipídico que contribuye a mantener nuestra piel sana y otra es el nivel de presencia de agua en las fibras dérmicas.

Lo que conseguiremos es una piel seca, tirante, irritada… y grasa. Porque nuestra epidermis no dejará de generar sebo, al contrario, multiplicará la producción para compensar esa sequedad. Todo un círculo vicioso.

Mito 4: ¡nada de maquillaje!

También se suele decir que la piel grasa no tolera bien ningún tipo de maquillaje. En realidad, eso depende del maquillaje del que estemos hablando; de hecho, muchos están diseñados específicamente para este tipo de piel.

Lo que sí resulta conveniente es utilizar maquillajes oil-free y no comedogénicos, es decir, evitar el uso de productos que bloqueen el poro impidiendo la liberación de grasa desde la glándula sebácea, lo que generaría más puntos negros y potencialmente más acné.

Mito 5: minimizar el uso de cosméticos

La verdad es que con la piel grasa ocurre como con cualquier otro tipo de piel: no se trata de no usar cosméticos, sino de usar los productos adecuados, con texturas ligeras que ayuden a regular la secreción de sebo mientras minimizan imperfecciones.

Este tipo de piel también necesita su nutrición (e hidratación). Los principios activos que llamamos “secantes” pueden provocar más problemas de los que solucionan (irritaciones, dermatitis, eccemas, etc.).

Mito 6: al sol y sin protección solar

El último mito que queremos desmontar es el de que el sol “seca” la piel y contribuye a eliminar la grasa, y que las lociones solares son contraproducentes en este tipo de piel. Nada más lejos de la realidad.

Cualquier tipo de piel debe protegerse del sol, en especial si hablamos de pieles con imperfecciones; así se evita la aparición de manchas post inflamatorias derivadas del acné. Además, es importante proteger la piel del resto de efectos de la radiación solar: envejecimiento prematuro, eritema y otros problemas más graves.

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¡Usa los productos adecuados!

En cuanto a productos y tratamientos estéticos, como estamos viendo, de lo que se trata es de hacer la elección correcta.

En cuanto a higiene facial, lo ideal es emplear limpiadores faciales y otras soluciones de limpieza poco agresivas y con capacidad purificante y seborreguladora. En el caso de la gama cleansing solutions de mesoestetic®, purifying mousse está indicado para este tipo de pieles. Es una espuma facial equilibrante y antipolución, formulada con ácido salicílico y ácido láctico que favorece la desobstrucción de poros y previene la aparición de imperfecciones. Además, los posbióticos favorecen el equilibrio de la microbiota cutánea y pH.

Cuando hablamos de pieles con tendencia acneica deberíamos optar por soluciones específicamente diseñadas. Para el cuidado doméstico lo más recomendable es contar con varios productos específicos: una crema hidratante para piel grasa de uso diario, una crema de uso focal, mascarilla purificante y espuma limpiadora.

Y si tu piel sufre especialmente de acné activo persistente, es el momento de plantearse un tratamiento profesional médico. Las soluciones específicas para acné de mesoestetic® te ayudan a cuidar tu piel tanto si se trata de un problema estético como de si está afectando a tu salud y tu bienestar.

La condición de una piel grasa se debe de tratar igual que cualquier otro tipo de piel utilizando productos adecuados con texturas ligeras que ayuden a minimizar imperfecciones y regular la secreción de sebo. Las pieles grasas necesitan hidratación y nutrición como las demás; los principios activos “secantes” provocan deshidratación, irritaciones, incluso eccemas y dermatitis.

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